El día 25 de este mes se cumple 50 años de la publicación: Orilla (Lima, La Rama Florida, 1961), primer poemario de Luis Hernández. (Único que leí)
Por tal motivo se hará un homenaje el mismo día en el auditorio de la Casa de la Literatura (Jr. Ancash 207, Centro Histórico de Lima), hora: 6:30 pm. Ingreso libre.
Aquí unos poemas de Orillas:
Jardinera de Cizaña
¿Quién soy yo, ser sin forma
que el océano roe?
que el océano roe?
Francois Mauriac
- Por arriba
donde nunca puedan
verla,
tu señal,
jardinero de cizaña
- ya vienen tras de ti.
Pronto,
por arriba tu señal.
1
Cielo nuevo
que por un momento
del alma al corazón
creímos nuestro.
Desvanecido ya,
triste es tu huida,
intento, afán
amado, florecido...
Donde uno, una vez
quiso llamarte
rostro, corazón, luz y silencio,
suyo serás, no serás nuestro,
perdida así
toda tu vida.
que por un momento
del alma al corazón
creímos nuestro.
Desvanecido ya,
triste es tu huida,
intento, afán
amado, florecido...
Donde uno, una vez
quiso llamarte
rostro, corazón, luz y silencio,
suyo serás, no serás nuestro,
perdida así
toda tu vida.
2
Hemos vuelto a vivir
lo mismo
de ayer y
de mañana.
El agua sube ya,
cubriendo
los días
y las horas;
de mí
ya sólo queda
el mar claro y naciente,
de mí
ya sólo queda
el mar, triste, apagado.
lo mismo
de ayer y
de mañana.
El agua sube ya,
cubriendo
los días
y las horas;
de mí
ya sólo queda
el mar claro y naciente,
de mí
ya sólo queda
el mar, triste, apagado.
3
Poniente sol,
perdida tu belleza,
oculto ya, no hallado
tu destino.
Solo serás, siempre;
infinito en su ocaso,
inmenso tu silencio.
Estarán en ti tan sólo
las rosas muertas,
canciones sumergidas,
tinto en el mar,
inmóvil en tu vida,
ignorado tu cielo.
perdida tu belleza,
oculto ya, no hallado
tu destino.
Solo serás, siempre;
infinito en su ocaso,
inmenso tu silencio.
Estarán en ti tan sólo
las rosas muertas,
canciones sumergidas,
tinto en el mar,
inmóvil en tu vida,
ignorado tu cielo.
4
Aunque nada hubiera
llevado al mar con mi alegría,
no sentí nunca
el sonido de las ondas,
la espuma en la ribera.
Ahora
el amor a las playas
es demasiado
lejano.
Sin el soplo
fugaz de la arena,
brota el mar
desde el fondo
sin hallazgo.
llevado al mar con mi alegría,
no sentí nunca
el sonido de las ondas,
la espuma en la ribera.
Ahora
el amor a las playas
es demasiado
lejano.
Sin el soplo
fugaz de la arena,
brota el mar
desde el fondo
sin hallazgo.
5
Cerrado, adormecido cauce
de todo lo que aún quisimos
deshecho ya, deshecha vida
cerrada hacia poniente la sonrisa
Poniente sol, que no regresa
a cubrir de luz
lo ya apagado, no vivido,
tan limpio de recuerdos.
Legiones de senderos inconstantes
que el mar y lo ignorado
cierran juntos.
Sabemos ya el final,
aún así inmenso es el fracaso,
muertos ya, cerrada la sonrisa.
y 6
de todo lo que aún quisimos
deshecho ya, deshecha vida
cerrada hacia poniente la sonrisa
Poniente sol, que no regresa
a cubrir de luz
lo ya apagado, no vivido,
tan limpio de recuerdos.
Legiones de senderos inconstantes
que el mar y lo ignorado
cierran juntos.
Sabemos ya el final,
aún así inmenso es el fracaso,
muertos ya, cerrada la sonrisa.
y 6
El agua al fondo
cortada
en la línea de las algas.
Yo pensaba en el mar
como cuando leía
y el mar sonaba igual:
No es posible sentarse,
los bancos están mojados,
los bancos están mojados,
y podridas las maderas.
Porque ahora han llegado
el mar y los senderos
a la proa en la noche
sobre ondas azules
y no puedo tomarlos.
No es posible sentarse.
Viven aún como arena
las luces de la calle.
cortada
en la línea de las algas.
Yo pensaba en el mar
como cuando leía
y el mar sonaba igual:
No es posible sentarse,
los bancos están mojados,
los bancos están mojados,
y podridas las maderas.
Porque ahora han llegado
el mar y los senderos
a la proa en la noche
sobre ondas azules
y no puedo tomarlos.
No es posible sentarse.
Viven aún como arena
las luces de la calle.
En: Orilla.
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