LUIS HERNANDEZ...ORILLA.

Luis Hernández  Camarero. (Lima, 18 de diciembre de 1941 - Buenos Aires, 3 de octubre de 1977), poeta peruano de la Generación del 60)

El día 25 de este mes se cumple 50 años de la publicación: Orilla (Lima, La Rama Florida, 1961), primer poemario de Luis Hernández. (Único que leí)

Por tal motivo se hará un homenaje el mismo día en el auditorio de la Casa de la Literatura (Jr. Ancash 207, Centro Histórico de Lima), hora: 6:30 pm. Ingreso libre.



Aquí unos poemas de Orillas:

Jardinera de Cizaña

¿Quién soy yo, ser sin forma 
que el océano roe? 
Francois Mauriac 
  
  
 - Por arriba  
donde nunca puedan  
verla,  
tu señal,  
jardinero de cizaña  
- ya vienen tras de ti.  
Pronto,  
por arriba tu señal.  
 
1
          Cielo nuevo  
que por un momento  
del alma al corazón  
creímos nuestro.  
       Desvanecido ya,  
triste es tu huida,  
intento, afán  
amado, florecido...  
      Donde uno, una vez  
quiso llamarte  
rostro, corazón, luz y silencio,  
suyo serás, no serás nuestro,  
perdida así  
toda tu vida.  
  
2
  
Hemos vuelto a vivir  
lo mismo  
de ayer y  
de mañana.  
      El agua sube ya,  
cubriendo  
los días  
y las horas;  
      de mí  
ya sólo queda  
el mar claro y naciente,  
      de mí  
ya sólo queda  
el mar, triste, apagado.  
  
3

      Poniente sol,  
perdida tu belleza,  
oculto ya, no hallado  
tu destino.  
      Solo serás, siempre;  
infinito en su ocaso,  
inmenso tu silencio.  
      Estarán en ti tan sólo  
las rosas muertas,  
canciones sumergidas,  
tinto en el mar,  
inmóvil en tu vida,  
ignorado tu cielo.  
  
4

      Aunque nada hubiera  
llevado al mar con mi alegría,  
no sentí nunca  
el sonido de las ondas,  
la espuma en la ribera.  
     Ahora  
el amor a las playas  
es demasiado  
lejano.  
     Sin el soplo  
fugaz de la arena,  
brota el mar  
desde el fondo  
sin hallazgo.  
  

5
    
Cerrado, adormecido cauce  
de todo lo que aún quisimos  
deshecho ya, deshecha vida  
cerrada hacia poniente la sonrisa  
     Poniente sol, que no regresa  
a cubrir de luz  
lo ya apagado, no vivido,  
tan limpio de recuerdos.  
     Legiones de senderos inconstantes  
que el mar y lo ignorado  
cierran juntos.  
     Sabemos ya el final,  
aún así inmenso es el fracaso,  
muertos ya, cerrada la sonrisa.  
  
                 
y 6
  
     El agua al fondo  
cortada  
en la línea de las algas.  
Yo pensaba en el mar  
como cuando leía  
y el mar sonaba igual:  
         No es posible sentarse,  
         los bancos están mojados,  
         los bancos están mojados,  
         y podridas las maderas.  
Porque ahora han llegado  
el mar y los senderos  
a la proa en la noche  
sobre ondas azules  
y no puedo tomarlos.  
No es posible sentarse.  
Viven aún como arena  
las luces de la calle.  
  
  
En: Orilla.

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